Esto indica que tienes una deuda pendiente —aunque sea pequeña— con alguna empresa o institución.
Antes de tomar cualquier medida, lo más sensato es solicitar una copia de tu informe crediticio. Tienes derecho a obtenerlo gratuitamente una vez al año. Esto te permitirá conocer en detalle tu situación actual y detectar posibles errores o datos desactualizados.
» Solicita tu informe crediticio y examínalo con detenimiento
El primer paso para cambiar tu situación es conocerla a fondo. Contacta con las principales agencias de información crediticia (ASNEF, Equifax, Experian) y pide tu informe. Si encuentras errores —por ejemplo, una deuda ya saldada que sigue activa— puedes ejercer tu derecho de rectificación o cancelación.
Las entidades están obligadas a corregir o eliminar datos incorrectos en un plazo máximo de 10 días hábiles tras tu reclamación.
» Paga tus deudas pendientes y regulariza tu situación
Saldar tus deudas impagadas es la acción más directa y eficaz para limpiar tu historial. Una vez que liquidas la deuda, puedes exigir tu exclusión del fichero en el que figuras. Si no puedes pagar todo de golpe, negocia con el acreedor: muchas empresas aceptan acuerdos de pago fraccionado o incluso descuentos por cancelación anticipada. No lo dejes para después: cuanto antes actúes, antes empezarás a ver resultados.
» Evita solicitar varios créditos en poco tiempo
Cada vez que solicitas un préstamo o una tarjeta, la entidad consulta tu historial, lo que queda registrado como “consulta dura”. Si acumulas muchas en un corto período, el sistema puede interpretarlo como señal de riesgo elevado. Solicita solo cuando sea necesario y estés preparado, en lugar de postular a múltiples ofertas esperando que alguna se apruebe.
» Mejora tu historial de pagos a partir de hoy
La puntualidad en el pago de tus obligaciones financieras es uno de los factores más valorados por los bancos. Incluso facturas domésticas como la luz, el agua o el internet pueden tener impacto si caen en impago. Usa herramientas como alertas en el móvil, domiciliaciones bancarias o calendarios de vencimientos para asegurarte de que nunca se te pase una fecha límite.
» Usa el crédito con moderación y estrategia
Otro aspecto fundamental es cómo usas el crédito que ya tienes. Si cuentas con una tarjeta de crédito con límite de 1.000 €, no deberías usar más de 300–350 € mensuales. Esto se conoce como ratio de utilización y refleja tu capacidad para manejar el dinero prestado de forma prudente. Evita agotar el límite disponible, aunque lo puedas pagar a tiempo.
» No cierres cuentas antiguas con buen comportamiento
Es común pensar que cerrar tarjetas que ya no usas mejora tu score, pero no siempre es así. Cuanto más largo sea tu historial financiero, mejor. Si tienes una cuenta con varios años de uso y sin incidentes, mantenla activa aunque solo sea para pequeños gastos mensuales. Esto ayuda a demostrar solidez y continuidad.
» Mantente lejos de prestamistas no regulados
Los llamados “créditos rápidos” pueden parecer una solución fácil, pero sus condiciones suelen ser desfavorables: intereses excesivos, plazos muy cortos y cláusulas abusivas. Además, si incumples el pago, el impacto negativo en tu score puede ser devastador. Los bancos tradicionales también ven con desconfianza que hayas acudido a este tipo de productos.
Tener una fuente de ingresos estables es un factor determinante para mejorar tu perfil crediticio. Si eres autónomo, asegúrate de declarar tus ingresos correctamente, mantener tus impuestos al día y controlar tus gastos fijos. Si tienes empleo por cuenta ajena, la continuidad y el tipo de contrato también influyen. En ambos casos, la estabilidad es clave.
El tiempo necesario para recuperar tu puntuación depende del punto de partida y de tu compromiso con el proceso. De forma general, considera lo siguiente:
Si acabas de llegar a España, es probable que te encuentres con un “historial en blanco”. Esto no significa que tengas mal crédito, sino que aún no has construido uno. En estos casos, lo ideal es:
Con estas acciones podrás comenzar a formar un historial financiero positivo en un plazo de 6 a 12 meses.
Recibir una negativa de crédito puede parecer un fracaso, pero también puede ser el punto de partida para tomar el control de tus finanzas personales. Mejorar tu score no ocurre de la noche a la mañana, pero con información clara, disciplina y estrategias concretas, es absolutamente alcanzable.
Cada acción cuenta: pagar a tiempo, usar el crédito con inteligencia, mantener la estabilidad y, sobre todo, no rendirse ante un “no”. Tu score es solo una foto del presente, pero tú puedes escribir un futuro financiero mucho más favorable.